Las lesiones son inherentes a la trayectoria de los deportistas (profesionales o aficionados), quienes en mayor o menor medida las sufren en un momento u otro de su carrera. La prevención es importante porque ayuda a evitarlas, pero no siempre es suficiente. Un mal gesto o un movimiento inadecuado durante el ejercicio pueden tener consecuencias fatales, normalmente en forma de sobrecarga o de lesión aguda (como los esguinces, las roturas de ligamentos o de menisco, las fracturas, las roturas de fibras musculares…).
¿Qué pasa con el dopaje?
El dopaje influye de manera directa en las lesiones de los deportistas profesionales que recurren a esta trampa. Por un lado, puede alterar la conciencia del atleta y eliminar de su mente los indicadores de riesgo de lesión, como sucede con el uso de la cocaína o anfetaminas. “En este caso, al no percibir los signos de cansancio, el deportista prosigue su actividad, pudiendo lesionarse. La cocaína, además, multiplica la agresividad, por lo que incrementa la posibilidad de contusiones por contacto (golpes, agresiones…)”, explica Pedro Manonelles. También aumenta los riesgos de lesión el uso de sustancias anabolizantes, ya que pueden causar roturas tendinosas por el enorme desarrollo muscular que provocan.
Por último, la utilización de diuréticos (sustancias que aumentan la producción de orina) puede generar deshidratación y golpes de calor, especialmente si se combinan con anfetaminas o sustancias semejantes, recuerda el presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte.
Según el tipo de actividad deportiva que se practique, la lesión irá en uno u otro sentido. Por ejemplo, en los deportes de equipo (fútbol, baloncesto, balonmano, etc.) son frecuentes los traumatismos que suceden como consecuencia de una contusión o una caída. En cambio, en las disciplinas individuales (carrera, ciclismo, natación…) suelen producirse lesiones por sobrecarga, debido a la repetición de determinados movimientos (lanzar, correr, etc.).
Cómo evitar lesiones
Por ello es fundamental evitar todos los factores que las puedan desencadenar, tal y como explica el presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, Pedro Manonelles. “Hay que realizar una buena técnica, programar muy bien el entrenamiento y sus cargas, así como los periodos de descanso. También hay que planificar de manera adecuada las competiciones, hidratarse y alimentarse correctamente y no recurrir al dopaje”, señala. En determinados deportes, además, es recomendable utilizar protecciones y cumplir siempre las normas, ya que muchas veces los problemas surgen al ir demasiado al límite. Como es evidente, las consecuencias de estas lesiones van a depender de muchos factores. En primer lugar, del tipo de herida. “Un esguince de tobillo suele recuperarse sin secuelas, pero un accidente por zambullida de cabeza puede dejar tetrapléjico al deportista”, apunta el doctor Manonelles. En el caso de las caídas de ciclistas, la mayoría de veces terminan en erosiones y quemaduras de la piel, pero son frecuentes las fracturas de clavícula. Y las caídas con resultado de traumatismo craneoencefálico pueden ser muy graves. “También es muy importante el tipo de tratamiento que se haga, así como si se respeta o no la recuperación total de la lesión antes de volver a competir”, añade este especialista.
“Un esguince de tobillo suele recuperarse sin secuelas, pero un accidente por zambullida de cabeza puede dejar tetrapléjico al deportista”
Pedro Manonelles, Presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte
El doctor Manonelles recuerda que, tras una lesión, es el médico quien debe realizar el diagnóstico y prescribir el tratamiento, que suele incluir reposo. En ocasiones, es necesario suministrar medicación y con frecuencia se utiliza la rehabilitación, en la que el fisioterapeuta aplica técnicas prescritas por el médico, consistentes en electroterapia, movimientos, ultrasonidos, laserterapia… A partir de ahí, y de manera progresiva, se reinician los movimientos básicos hasta que se llegan a realizar los ejercicios específicos con mayor intensidad.

Del mismo modo, las lesiones pueden afectar a personas que no practican actividad física con asiduidad, aunque sí se advierten ciertas diferencias si quienes las sufren son deportistas profesionales. Una lesión por sobrecarga es imposible que la padezca alguien que no haga deporte, salvo que tenga un trabajo manual repetitivo. Por ejemplo, un montador de una cadena industrial puede tener una epicondilitis, que es lo mismo que el denominado codo de tenista. Los deportistas de élite, además, suelen recuperarse antes que el resto de la población porque muestran una actitud mucho más decidida por hacer todo lo necesario para superar la lesión.