Evita estos errores si vas a pedir un préstamo

Los bancos cada vez son más exigentes con el cliente a la hora de conceder financiación. Tener claro nuestro objetivo y seguir unas pautas en el momento de la petición puede ayudar a que la entidad dé el visto bueno a la solicitud.

Errores al pedir un préstamo

Cuando la economía funciona bien, particulares y empresas pueden conseguir financiación fácilmente. Esto, que parece tan trivial, ha adquirido una importancia crucial en los últimos años. Con la crisis, apenas se concedían préstamos. Y aunque la mejora económica ha abierto el grifo, la situación no es, ni será, como la de antes.

Tal y como señala el Banco de España en su último informe sobre préstamos bancarios, en nuestro país los requisitos para la concesión de créditos se endurecieron para los hogares en el segundo trimestre del año, tanto para la adquisición de la vivienda como para fines de consumo. Esto quiere decir que las entidades son mucho más exigentes. Buena parte de la explicación es evitar la morosidad, que ha sido un fuerte lastre para sus balances en los años de crisis.

contando monedas

Los españoles deben 706.000 millones de euros a los bancos, y más de un 70% corresponde a las hipotecas

Ojo con el coste de la financiación inmediata

Préstamo y crédito no es lo mismo. En el primero, el banco concede un importe determinado que entrega desde un principio; el cliente lo devolverá en cuotas y con los intereses acordados. En el crédito, la cantidad se facilita en momentos puntuales que el banco va depositando en cuenta o través de una tarjeta de crédito. “Están más indicados para cubrir los desfases entre cobros y pagos de las empresas”, dicen en la CNMV.

En la actualidad se pueden pedir préstamos para la compra de una vivienda, de un coche, de unos electrodomésticos, para los estudios de los hijos, para viajar o reformar la casa, para la boda… hasta como anticipo de la nómina.

Están también los denominados préstamos rápidos. Se trata básicamente de importes bajos que se entregan casi de forma inmediata y que también se devuelven en plazos muy cortos.

Inicialmente, este producto lo ofrecía un reducido número de entidades online. Pero con el tiempo los bancos tradicionales lo han incluido en su oferta.

Hay que tener especial cuidado con las comisiones que se aplican. En el caso de las entidades online, los préstamos que se conceden son más pequeños y el coste muy elevado. En los bancos las cuantías son más elevadas, el plazo de devolución es más amplio y la TAE supera en la mayoría de los casos el 6%.

La parte positiva es que hoy en día las condiciones en que se consigue financiación son las mejores de la historia, ya que los tipos de interés están al 0%. Las familias deben a los bancos 706.012 millones de euros y más de un 70% corresponden a hipotecas para vivienda.
Aunque los bancos son más exigentes con los niveles de solvencia del cliente, lo cierto es que éste sigue cometiendo grandes errores, lo que dificulta también que la operativa llegue a buen fin.

Los fallos que cometemos

Hemos pedido a Ricardo Zion, profesor de EAE Business School, que nos ayude a detallar los problemas más comunes:

  • Importe. Normalmente se pide demasiado; los bancos conceden como máximo entre el 35% y 40% de los ingresos.
  • Tipos de interés. Los particulares están obviando el tipo de interés fijo. Tal y como está la situación en este momento, para un préstamo a 5 o 10 años sería lo mejor.
  • Comisiones. No se fijan en el coste total. Hay que tener en cuenta la TAE para saber cuánto deberemos desembolsar. Además, se pasan por alto las comisiones por cancelación total o parcial, que suelen ser muy elevadas.
  • Vinculaciones. Cuando se pide un préstamo, el banco ofrece a cambio un seguro de vida, una alarma, tarjetas de crédito… Son cosas que, a la larga, pueden salir caras.
  • Letra pequeña. Hay que leer toda la documentación para comprobar cualquier carga que a priori desconozcamos. Este tipo de situaciones indeseadas se dieron con las hipotecas multidivisa y las cláusulas suelo.
  • Transparencia. El cliente a veces no es sincero. Por ejemplo, no cuenta si tiene cuotas impagadas en otro banco. Al final lo van a descubrir, y es mejor decir la verdad desde un principio.
  • Pre-concedido. Hay bancos que conceden préstamos con ciertas ventajas sin haberlo solicitarlo. Hay personas que lo aceptan sin preguntarse si realmente lo necesitan. Quizás incurran en gastos innecesarios.
  • Reagrupación. Unificar todos los préstamos junto a la hipoteca puede acarrear más de un disgusto. Si se da el paso hay que fijarse en las garantías, ya que lo normal es que exijan ejecutar la hipoteca si no pagas. Es decir, que se quedan con la vivienda.
  • Alternativas. Normalmente aceptamos lo que nos ofrece un único banco. Hay que profundizar en el mercado, ya que las posibilidades son amplias. A veces para pagos puntuales e inmediatos simplemente bastaría con la tarjeta de crédito. Eso sí, fíjate en las comisiones.
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