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Las caídas en personas mayores son relativamente frecuentes y pueden tener graves consecuencias, por lo que es necesario minimizar los factores de riesgo, especialmente en el hogar, que es el espacio en el que el anciano pasa la mayor parte de su tiempo.
Factores de riesgo que favorecen las caídas en ancianos
Existen diferentes factores de riesgo que favorecen las caídas en el anciano y muchos de ellas tienen que ver con su condición física o se relacionan con el entorno en el que se mueve.

Medidas de prevención para caídas de ancianos
Dentro de las medidas de prevención para caídas de ancianos en el hogar conviene retirar alfombras, evitar que el anciano camine cuando el suelo está mojado, mantener una buena iluminación en las estancias y colocar pasamanos en las zonas de más riesgo, como el cuarto de baño. En este sentido, si la casa no está debidamente acondicionada, serán necesarias reformas en el hogar que evitarán accidentes.
Conviene, además, que las personas de la tercera edad hagan ejercicio físico para mantener la fuerza muscular y que utilicen un calzado adecuado, de su número, cómodo y antideslizante. Y determinados wereables para personas mayores, que incluyen llamadas a emergencias si ocurre una caída, también son de mucha utilidad a partir de cierta edad.
Por último, si el anciano ya presenta problemas de movilidad, equilibrio o coordinación puede utilizar bastones o andadores, y contratar un servicio de ayuda a domicilio para personas mayores, lo que puede contribuir a disminuir las caídas en personas mayores.
Las caídas en personas mayores pueden deberse a la debilidad muscular y la falta de coordinación y equilibrio como consecuencia de la edad o por enfermedades como la artritis o la osteoporosis. También aumenta el riesgo de caídas si el anciano sufre visión borrosa o pérdida de agudeza visual, o tiene dificultades de movilidad.
Valoración del riesgo de caída en personas mayores
La valoración del riesgo de caídas en ancianos es fundamental para prevenirlas. A través de una revisión médica completa, los especialistas pueden evaluar cada situación concreta y proporcionar las recomendaciones más adecuadas para evitar las caídas.
Las pruebas para observar la movilidad de los ancianos suelen incluir un examen físico completo, donde se determina la capacidad para realizar actividades cotidianas, como andar o vestirse, así como test de equilibrio y marcha, con el fin de diagnosticar esos problemas de coordinación que pueden aumentar el riesgo de caídas.
El médico también puede revisar los medicamentos que toma el paciente, mientras que los familiares pueden realizar una evaluación de la seguridad del hogar para detectar posibles riesgos.
Consecuencias de la caída en ancianos
Las caídas en ancianos tienen consecuencias para su salud, en función de su gravedad. Las más comunes son las fracturas óseas, que suelen afectar a la cadera y los brazos. Algunas de ellas incluso pueden requerir de cirugía. Además, al carecer de equilibrio y tener menos reflejos, los ancianos también pueden sufrir traumatismos craneales. Todas estas lesiones disminuyen la calidad de vida del anciano, y en algunos casos pueden ser muy limitantes o incluso presentar gravedad.
A nivel psicológico, las caídas en personas mayores pueden provocar aislamiento social, lo que en ocasiones deriva en sentimientos de apatía y depresión. Además, los ancianos que han experimentado una caída pueden tener miedo a caer de nuevo, lo que les limita a la hora de realizar actividades cotidianas.
Para personas mayores que tienen miedo a salir a la calle o no presentan la movilidad suficiente para hacerlo con seguridad existe un servicio de telemedicina, Caser Doctorfy, con el que el anciano puede recibir asistencia médica digital de una manera ágil, eficiente y profesional, con la ventaja de que también puede ser presencial.
Además, existe la cobertura de urgencias domiciliaras, especialmente pensada para que, en caso de urgencia, no sea posible el desplazamiento de la persona a un centro médico. En estos casos, un profesional sanitario acude a la vivienda a la mayor brevedad para ofrecer asistencia médica a domicilio.
En cualquier caso, prevenir las caídas en personas mayores siempre es la mejor forma de asegurar al anciano una mayor calidad de vida y evitarle las consecuencias médicas y psicológicas que supone una caída a una avanzada edad.