Alquilar una vivienda siempre supone asumir un riesgo. Los propietarios se preguntan si el inquilino cuidará de la casa, si dará algún problema a la comunidad de vecinos o si hará frente a los pagos mensuales.
La seguridad completa no existe, pero es cierto que si se elige bien al inquilino el propietario puede tener ciertas garantías de que el alquiler no le supondrá problemas. Estos son los pasos que hay que seguir para hacer una buena elección:
Establece un perfil de inquilino previo
Reflexiona acerca de cuál es el tipo de inquilino que estás buscando. Si prefieres a alguien que no permanezca mucho tiempo en la vivienda, un estudiante es una buena opción. Si quieres un contrato a largo plazo, lo ideal será una familia con niños. Si buscas alguien que cuide la casa, lo mejor será que todas las personas que van a convivir en ella sean adultas. Si no quieres fiestas en el domicilio, mejor un inquilino de más edad. Y si necesitas garantías, un funcionario o una persona con un contrato indefinido, en principio, debería tener más estabilidad económica.

Fíate de tu intuición
Una persona con solvencia pero con la que no tienes conexión no será un buen inquilino, ya que no tendréis una comunicación fluida. La primera impresión es importante, especialmente si ves detalles que no te ofrecen confianza. Lo ideal es que el futuro inquilino se muestre transparente, dialogante, conciliador y dispuesto a colaborar en todo lo que le pidas. Por el contrario, conviene desconfiar de los arrendatarios perfectos, que insisten constantemente en lo buenos pagadores que son, porque puede que estén considerando engañarnos.
Sin embargo, por mucho que nos esforcemos en encontrar el inquilino perfecto, siempre podemos equivocarnos. Para evitarlo resulta interesante contratar un seguro de impago de alquiler en la que los profesionales ayudan a elegir al inquilino, te garantizan el cobro del alquiler en caso de impago o la indemnización en caso de destrozos.
En cualquier caso, en todo el proceso de búsqueda del inquilino perfecto la impaciencia puede convertirse nuestro peor enemigo. El proceso requiere tiempo y conviene no precipitarse. Y, sobre todo, no alquilar la vivienda ante la mínima sospecha de que el candidato no es la persona más adecuada.
Pon un anuncio lo más detallado posible
En tu anuncio no solo debes describir la vivienda, sino también especificar todas las condiciones innegociables del alquiler. De esta manera, conseguirás hacer un primer filtrado de inquilinos, que se completará con un segundo filtrado telefónico, para confirmar que la persona interesada cumple las condiciones indicadas.
Ten un encuentro personal
El encuentro personal debe ser no solo con la persona que va a firmar el contrato, sino con todas aquellas que van a habitar la vivienda. Tomar un café mientras hablas del contrato es un buen momento para determinar si finalmente son los inquilinos que buscas.
Investiga y pide referencia
Si tienes alguna duda sobre la solvencia económica de la persona que pretende alquilar tu vivienda, puedes investigar, bajo su consentimiento, su perfil bancario, o bien solicitar que presente cartas de recomendación de su empresa, su banco o anteriores caseros.
Solicita los ingresos del interesado
Podemos pedir al posible inquilino que nos muestra las tres últimas nóminas o las declaraciones de IRPF si es autónomo. En función de estos datos, calcularemos la regla 1/3, que implica que los ingresos del interesado deben ser al menos un 30% mayores que lo que cuesta un mes de alquiler.
Pide aval o fianza bancario
La fianza equivale a una mensualidad y sirve como garantía de que la persona dejará el inmueble tal y como lo ha encontrado. Si esto se cumple, el propietario debe devolvérsela cuando cumpla el contrato. Además, hay muchas personas que solicitan un aval bancario, lo que significa que la entidad bancaria se hará cargo de los daños del inquilino o de la deuda, en caso de impago.