Emprender no es fácil, principalmente cuando no tenemos experiencia previa en montar un negocio. Una gran mayoría de los nuevos proyectos empresariales que se ponen en marcha se van al traste en los primeros años de vida. Para evitar errores al iniciar un negocio hay que tener claro hacia dónde se va, cuál es el público objetivo y cómo vamos a cumplir con los objetivos que nos hemos marcado, entre otros aspectos.
Errores más comunes al emprender un negocio
- No planificar: no basta con tener una idea para ponerla en marcha. Hay que planificar previamente cómo llevarla a cabo para que funcione. Para ello necesitamos un plan de negocio detallado como base sólida en el que asentar nuestra actividad.
- Desconocimiento de nuestros clientes y nuestra competencia: hay que saber a quién dirigirse y cuál debe ser nuestro elemento diferenciador, con el fin de que nuestro negocio esté bien dirigido desde un primer momento y pueda crecer.
- Inversiones no adecuadas o en un momento poco oportuno: aunque dispongas de todo el capital, no hay que gastarlo todo inmediatamente, sino ir invirtiendo en aquello que necesitamos. Para evitar errores al iniciar un negocio conviene tener beneficios antes de pensar en expandirse.
- Dejar que otro dirija tu proyecto: es cierto que hay que delegar, pero si quieres triunfar debes estar al mando de tus propias responsabilidades y tener una involucración plena, al menos al principio, hasta que tu negocio esté asentado.

¿Cuáles son los errores que un empresario no debería cometer?
Un empresario sin experiencia tiende a cometer los siguientes fallos, que pueden poner en peligro un negocio.
- Malos cálculos del capital que necesitas para comenzar un negocio: un cálculo erróneo puede hacer que, pasados los primeros meses, no tengas dinero suficiente para hacer frente a los gastos fijos o variables necesarios para que el negocio funcione.
- Emprender mientras trabajas en otro sitio: debes dar el 100% si pones en marcha un negocio, de lo contrario estás condenado al fracaso.
- Invertir más de lo que necesitas en atraer clientes: es cierto que la inversión en publicidad es clave para un negocio, especialmente cuando se pone en marcha, pero hay que saber encontrar un equilibrio que nos resulte rentable.
Errores comunes en los negocios ya en marcha
Una vez que el negocio esté en marcha también debemos estar atentos y no poner en peligro lo que hemos conseguido:
- Olvidar las responsabilidades legales y los gastos convenientes, como la contratación de un seguro para empresas, que puede darte la tranquilidad que necesitas para que tu proyecto siga teniendo la proyección que necesitas.
- Esperar demasiado para pedir financiación: en ocasiones, para crecer se necesita invertir. Si tienes claro hacia dónde te quieres dirigir, tienes beneficios y no tienes dinero para llevar a cabo una expansión, no dudes en solicitar un crédito para ver cumplidas tus metas.
- No rodearse del equipo correcto: para que tu negocio se mantenga estable hay que invertir en talento, y tener contento a tu equipo con un salario acorde a tus intereses que, sin embargo, no te haga perder dinero.
- Evitar estrategias de marketing: la publicidad es imprescindible en cualquier negocio para atraer y fidelizar clientes. Si no quieres realizar una gran inversión no olvides, al menos, mantener actualizada tu página web y tener una presencia activa en redes sociales.
Principales errores en los negocios que fracasan
Detrás de un negocio que fracasa encontramos, en muchos casos, una serie de errores que en muchos casos tienen que ver con la actitud del empresario:
- No dejarse aconsejar: pide asesoramiento siempre que lo necesites. Los asesores comerciales poseen un amplio conocimiento del mercado y pueden aconsejarte.
- Pérdida del foco: no tener un presupuesto mensual de gastos, gastar más de lo que necesitas o no mantener una buena política de atención al cliente son algunos de los errores más comunes al iniciar un negocio y en sus primeros años de vida.
- Dejar de reinventarse: el mercado evoluciona constantemente y hay que estar actualizado si no quieres quedarte atrás.
- No saber delegar: si te va bien llegará un momento en que no puedas con todo. Rodearte de un buen equipo y delegar en sus capacidades es la clave del éxito.