Qué es la prueba de esfuerzo

Que la práctica del deporte corre a favor de nuestra salud es indudable. Pero tú, deportista, antes de atarte las zapatillas, golpear esa bola, intentar completar ese maratón o beberte la piscina en cada brazada, ¿te has preguntado si el esfuerzo al que sometes a tu cuerpo es el correcto?

qué es la prueba de esfuerzo

Claro que el deporte es aliado de nuestro físico, pero siempre conociendo los límites asumibles por el organismo. Por ello, antes de empezar a hacer ejercicio debemos ponernos en manos de un profesional médico y realizar la denominada prueba de esfuerzo. Esta nos permitirá saber si nuestro corazón gestiona adecuadamente las exigencias de nuestra actividad y si la presión arterial evoluciona consecuentemente con nuestro esfuerzo. En definitiva, confirmar que salud y deporte van de la mano.

¿Cómo son las pruebas de esfuerzo?

Lo primero que debemos saber es que estamos ante una prueba indolora, cuya duración es de unos 15 minutos, aunque si contamos los tiempos de preparación puede superar la media hora.

Antes de comenzar, el médico coloca sobre el pecho al deportista unos pequeños parches de metal conocidos como electrodos. Estos, mediante conexión por cable, registran en unos monitores la actividad eléctrica del corazón. A su vez, es necesario el uso de una máscara sobre la boca y la nariz, para medir el consumo de oxigeno, la ventilación y producción de anhídrido carbónico. En definitiva, se analizará también la manera de respirar del paciente.

Dónde hacerse una prueba de esfuerzo

La mejor opción es, sin duda, un centro de medicina deportiva o bien centros dedicados a la tecnificación del deporte.

Una vez esté todo listo se procede con la realización de la prueba. Para ello, el atleta debe caminar sobre una cinta o bien pedalear lentamente en una bicicleta estática. Cada dos o tres minutos el médico aumentará la velocidad de la cinta, o bien, hará que la pedalada sea más costosa, de esta manera someterá al cuerpo a un esfuerzo progresivo, acompañado de una situación de estrés creciente.

Será gracias a los diferentes cambios de ritmo y esfuerzo, cuando el médico observará el electrocardiograma con el fin de detectar alteraciones en el gráfico, o bien en los niveles de presión arterial.

Recomendaciones previas a la prueba

Antes de llevar a cabo la prueba de esfuerzo es importante tener en cuenta una serie de consideraciones:

  • No realizar comidas copiosas antes de la prueba, pero tampoco acudir en ayunas.
  • Usar zapatillas deportivas y ropa cómoda que facilite la realización del ejercicio.
  • Durante al menos tres horas previas a la prueba, no tomar bebidas alcohólicas ni cafeína, ya que pueden alterar la actividad.
  • No realizar un gran esfuerzo físico durante las doce horas previas, para evitar condicionar la capacidad real.
  • Si se está tomando alguna medicación, informar al profesional que va a realizar la prueba, ya que puede ser necesario suspender el tratamiento. Algunos fármacos pueden influir en los resultados.
  • Si el deportista tiene mucho vello en la zona del tórax, es aconsejable rasurársela para que el registro del electrocardiograma sea más certero.
ritmo y pulso cardíaco

Resultados de la prueba de esfuerzo

Una vez finalizada la prueba de esfuerzo, los resultados dibujarán las siguientes conclusiones:

  • Sabremos si tenemos alguna enfermedad del corazón.
  • Conoceremos cómo está nuestra tensión arterial en las diferentes fases de esfuerzo y si se ha producido alguna respuesta anormal de la misma.
  • Evaluaremos síntomas torácicos derivados de la actividad deportiva, como pueden ser indicios anginosos por un sobreesfuerzo físico.

Pero además de adelantarnos a los casos problemáticos, la prueba ofrece algunos datos que pueden ser de gran utilidad para diseñar un plan de ejercicio adaptado a nuestro cuerpo:

  • Conoceremos el límite al que podemos someter a nuestra frecuencia cardíaca.
  • También se nos mostrará el consumo máximo de oxígeno.
  • Podremos saber el rango de pulsaciones óptimo para entrenar nuestra resistencia, también conocido como umbral aeróbico.
  • Y, por último, tendremos datos sobre el umbral anaeróbico, perfecto para establecer el ritmo en unas series de velocidad, por ejemplo.
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