¿Para qué sirven las agencias de calificación?

¿Para qué sirven las agencias de calificación?

En el ámbito financiero intervienen numerosos actores: bancos, inversores, sociedades y agencias de valores, asesores, bróker… y las agencias de calificación o de rating. Se trata de compañías privadas e independientes que valoran el riesgo crediticio de una empresa, estado, municipio o activo financiero. Dicho de otra forma; se encargan de analizar en qué medida devolverán la deuda o si existe riesgo de impago.

Las más conocidas son S&P, Moody’s y Fitch; cada una tiene su propia metodología.

Un rating negativo puede provocar fuertes caídas en la cotización de una compañía

Para los mercados el rating es un factor importante. De hecho, las calificaciones pueden provocar grandes variaciones en las cotizaciones. “Su influencia en el sector financiero es enorme. Una rebaja en la calificación crediticia de una compañía cotizada puede suponer una sensible caída en su cotización en Bolsa y también en el precio de la deuda emitida por esta empresa”, señala la CNMV.

La calificación, rating o nota, se establece mediante letras, números y signos positivos y negativos: AAA es la mejor (sería solvencia máxima) y C la más negativa (alta probabilidad de impago). También existe D, pero se refiere a incumplimiento de las obligaciones de pago o que se ha entrado en quiebra.

En general, la entidad pública o privada decide por sí misma si quiere tener una calificación; los expertos argumentan que es mejor tener una evaluación baja que ninguna. Pero en muchas ocasiones es necesario obtener un rating para emitir deuda en el mercado; por ejemplo, bonos. Cuanto más bajo sea el rating, se exigirá un mayor tipo de interés por parte del emisor y, al contrario.

S&P explica que “las calificaciones crediticias pueden ser de utilidad al facilitar que empresas y gobiernos se financien en los mercados de capitales. En lugar de tomar un préstamo bancario, estas entidades algunas veces se financian directamente de los inversores mediante emisiones de bonos; compran estos instrumentos de deuda, por ejemplo, bonos municipales, esperando recibir un interés más la amortización de su capital, ya sea al vencimiento o mediante pagos periódicos”.

Las calificaciones no son fijas; pueden variar con el tiempo. S&P señala que los cambios pueden producirse por la economía o el entorno de los negocios, o por circunstancias que afectan a una industria, la entidad o a la propia emisión de deuda.

Una calificación crediticia puede ayudar a tomar una decisión de inversión, pero no debe ser el único elemento a tener en cuenta.

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