¿Qué hacer alrededor del Circuito de Cheste?
Apenas 30 kilómetros separan Cheste de Valencia, así que son muchísimos los espectadores del Gran Premio que –al acabar las jornadas de entrenamiento– se desplazan con sus motos a la capital a disfrutar de su impresionante oferta gastronómica, cultural y de entretenimiento. Sin embargo, y para aquellos moteros que prefieran quedarse en la misma Cheste, existen también interesantes propuestas. Durante los tres días de gran premio esta habitualmente tranquila localidad se llena de ofertas de ocio relacionadas en su mayor parte con el mundo del motor, como cursos de conducción, salidas guiadas o espectáculos de acrobacias en moto. Hay espacio, sin embargo, para los conciertos –la música es imprescindible en la Comunidad Valenciana– y uno de los más impresionantes espectáculos de fuegos artificiales en la que es casi la patria chica de la pólvora y el ruido.
La ruta de las 1000 curvas
Proponemos una ruta circular de 190 kilómetros que nos permitirá disfrutar y conocer algunos de los tramos de curvas más populares entre los aficionados valencianos. El asfalto es muy bueno y el volumen de tráfico es normal, pero los días de gran premio aumenta considerablemente. Se trata de un tramo cuyo atractivo radica esencialmente en que, excepto en los kilómetros de autovía, prácticamente todo lo demás son curvas. Bastantes kilómetros transcurren por carreteras interiores solitarias, así que contar con un dispositivo de geolocalización como el ReMoto puede resultar muy interesante.
Así discurre la ruta:
Desde Cheste nos dirigimos hacia Valencia capital y de allí tomamos la A-7 dirección Quart de Poblet. Continuamos por la A-7 -la autovía del Mediterráneo- hasta llegar a la CV-403 y la CV-33, que tomamos en dirección Torrent. Sin apartarnos de esta vía llegamos hasta la población de Montserrat y continuamos hasta la CV-50 para seguir por la CV-435 dirección Dos Aguas. Es en este tramo donde empieza un verdadero festival de curvas de todo tipo; rápidas y abiertas, cerradas, bucles, dobles…
En Dos Aguas cogemos la CV-580 dirección Millares, para seguir curveando hasta Bicorb y de allí –siempre por la misma carretera– a Quesa y Navarrés, donde cogeremos la CV-560 que nos llevará hasta Sumacárcel y Alcántara de Júcar. Allí cogeremos de nuevo la A-7 que nos lleva a Valencia capital.
Dónde comer
En Cheste, el Asador Paco es uno de los lugares de referencia de la zona cuando se trata de comer bien. Se convierte casi el centro neurálgico de la actividad gastronómica durante los tres días de competición. El fin de semana de carreras suele estar literalmente tomado por los moteros, pero su carta –de mesón tradicional– es excelente.
Un capricho
Una de las mejores horchatas de Valencia –que es como decir una de las mejores de España– se elabora muy cerca del circuito Ricardo Tormo, apenas a 500 metros. Helados y Horchata Artesanos Domingo lleva desde 1965 vendiendo productos totalmente artesanales. Han logrado que, incluso, haya quien se desplace desde Valencia a adquirirlos. Está en la Plaza de la Constitución 1, de Cheste.
5 propuestas relajadas… incluso durante un Gran Premio
En barca por la Albufera
A 10 kilómetros de Valencia se encuentra el Parque Natural de L’Albufera. Se trata del humedal más grande de Europa. Además de permitir estar en contacto con la naturaleza, ofrece también la posibilidad de unos paseos románticos en una embarcación típica llamada albuferenc. Los paseos duran 45 minutos, son completamente ecológicos, muy económicos –apenas 5 euros– y pueden tomarse en el Puerto de El Saler, el embarcadero de la Gola del Pujol, el Palmar y el Puerto de Catarroja.
Relajarse en un spa
Valencia es una ciudad que adora los spa. La Alameda es uno de los centros urbanos termales de aguas medicinales más antiguos de Europa. Está ubicado en la calle Amadeo de Saboya 14, en pleno centro de la capital. En Mi primer spa –Carrer de la Vall de la Ballestera, 49– se puede acceder a los baños con bebés y el Tyrys –Avenida Reino de Valencia, 10– representa la modernidad en este tipo de instalaciones.
Descubrir Cheste
Aunque, por razones obvias, Valencia canaliza la mayor parte del tiempo libre durante los días de carrera, también Cheste tiene atractivos culturales interesantes que ofrecer a quien desee desconectar un rato de MotoGP. La Iglesia de San Lucas –erigida en el siglo XVIII– es el verdadero centro de la población, y su torre de 50 metros, su símbolo. El Barrio de la Morería o el Molino del Nabo son otras edificaciones que conviene visitar más allá del rugir de las motos.
Disfrutar de la gastronomía
La gastronomía valenciana es famosa en todo el mundo y no tiene mucho sentido redescubrirla aquí. Pero quizás si debamos concentrarnos en la específica de Cheste y en la comarca de la Hoya de Buñol. Son propuestas algo diferentes, entre las que destacan el arrope –mosto caramelizado– con calabaza y boniato, el mojete chestano o el rinrán, un guiso de atún. Por cierto, la cooperativa local chestana elabora uno de los mejores vinos moscateles de España. Un verdadero néctar que es imprescindible no perderse y que se puede adquirir en la tienda de la propia cooperativa.
Puesta de sol en la Malvarrosa
La playa de Pinedo y la de la Malvarrosa se disputan la mejor puesta de sol entre las playas urbanas de Valencia. Esta última permite disfrutarlos de un modo diferente gracias a sus largos espigones, que posibilitan alejarse más de la costa. Además, el paseo marítimo es un referente de ocio y acoge algunos de los restaurantes de arroz más típicos de la ciudad.
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Oceanogràfic
La joya de la vanguardista Ciudad de las Artes y las Ciencias es considerada ya uno de los mejores acuarios del mundo. Una maravilla que solamente se puede disfrutar en Valencia y un destino imprescindible con los más pequeños… o sin ellos. El delfinario, el cocodrilario y el Mar Rojo, con el cine en 4D más grande de Europa, acaparan las colas en los espacios más solicitados. Conviene estar avispado.

Mundo Dinosaurio
Una impresionante exposición temporal de modelos animatronic a tamaño natural de estas bestias prehistóricas. La completan más de 1.000 m2 de pantallas informativas en las que se explica de manera didáctica cómo eran y cómo se alimentaban. Está ubicada junto al modernísimo centro comercial y de ocio MN4 que incluye –además– la oferta lúdica habitual de cines, restaurantes de comida rápida e instalaciones de realidad virtual y pistas deportivas para los más pequeños.
Bioparc
Este pequeño pero muy educativo zoológico recrea los hábitats naturales de los animales. Gorilas, leones, jirafas y todo tipo de aves se mueven en total libertad por cinco áreas que recrean con fidelidad la sabana, Madagascar, el bosque ecuatorial y los humedales. Ha sido recomendado como un destino Excellence por la respetada guía TripAdvisor gracias a su afán pedagógico y su carácter poco invasivo con los animales que allí viven. Avenida Pío Baroja, 3. Valencia. Dispone de infinidad de opciones tanto en transporte privado como público para llegar.
Parque Gulliver
En los jardines del Turia, cerca de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, encontramos un moderno parque infantil dedicado al personaje de legendario personaje. Los chavales se convierten en liliputienses y el cuerpo del gigante Gulliver –tendido en el suelo e inmovilizado con cuerdas– en su pista de juegos repleta de rampas, toboganes y escaleras. Además, la entrada es gratuita.
Merienda en la playa
Incluso en otoño y parte del invierno, las playas valencianas son acogedoras y cálidas. Una propuesta especialmente útil para viajar con hijos es La Más Bonita, una escapada ideal para desayunar y merendar en la Playa de la Patacona y en la que disfrutar de inmejorables tortitas, cruasáns, cookies, muffins o tartas caseras, todas artesanas y ecológicas. El local tiene un parque infantil con tobogán y un sugerente área de juegos.