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Revisar los líquidos del coche cada cierto tiempo no es un capricho. Con este sencillo gesto conseguirás que el motor funcione correctamente y te ahorrará más de una visita al taller, además de estar garantizando tu seguridad.
Qué líquidos lleva un coche
Para garantizar que tu vehículo está en perfecto estado, te conviene saber cuáles son los líquidos del coche y para qué sirven:
Aceite
Uno de los principales líquidos del coche es el aceite, encargado de lubricar el motor y protegerlo. Conservarlo en buen estado, y con los niveles apropiados, te permitirá ahorrar en combustible y contaminar menos.
Se recomienda cambiar el aceite tras efectuar entre 5.000 y 30.000 kilómetros, atendiendo a las recomendaciones del fabricante. Lo ideal es revisar su nivel al menos una vez al mes, o con más frecuencia si el vehículo es antiguo, y siempre antes de realizar un viaje largo.
Refrigerante
De entre todos los niveles del coche que te conviene mirar, probablemente el refrigerante sea de los más importantes, ya que este líquido es el que circula por el circuito interno del motor y absorbe parte del calor que genera. Debes revisar el refrigerante aproximadamente cada 20.000 kilómetros, y deberás sustituirlo cada 40.000 kilómetros o, en su defecto, cada dos años.
Líquido de frenos
Otro de los líquidos del coche con un papel destacado para garantizar tu seguridad es el líquido de frenos, que hay que revisar al menos un par de veces al año. Los fabricantes recomiendan sustituirlo cada dos años o 10.000 kilómetros.
Agua del limpiaparabrisas
Parece que, de los líquidos del coche, el que menos importancia tiene es el agua del limpiaparabrisas. Sin embargo, resulta clave para garantizar tu seguridad en carretera, ya que te ayuda a tener una mejor visibilidad cuando te da el sol de frente. Es, por tanto, un líquido que hay que revisar a menudo, para comprobar que lo tendrás disponible en el momento en el que lo requieras.
Líquido de dirección
El líquido de dirección lo tendrás que revisar al menos una vez al año, pero solo si tu coche tiene dirección asistida hidráulica o electrohidráulica. Los propietarios de un vehículo con dirección eléctrica pueden despreocuparse de esta comprobación.

¿Hay que ir al taller para cambiar todos los líquidos del coche?
Hay algunos líquidos del coche que puedes rellenar tú mismo, como el líquido del limpiaparabrisas o el líquido de dirección. Mientras que para cambiar otros, como el aceite, el líquido de frenos o el refrigerante, tendrás que hacerlo en el taller, dejándoselo a los profesionales, ya que es una labor engorrosa, que no puedes realizar en la calle y que exige conocimientos técnicos.
En cualquier caso, cambiar todos los líquidos del coche cuando corresponda es clave para tu seguridad. Si por un olvido tu vehículo sufre una avería, los seguros de coche de Caser incluyen asistencia en carretera con soporte mecánico para tu vehículo las 24 horas y desde el kilómetro 0, además de libre elección de talleres.
¿Cómo mirar los niveles del coche?
Mirar los niveles de los líquidos del coche más importantes no es difícil y puedes hacerlo tú mismo.
Para comprobar el nivel del aceite, tu coche debe estar situado en un lugar plano y el motor tiene que estar frío. Tras sacar la varilla de medir este líquido y limpiarla con un trapo, debes introducirla hasta el fondo del depósito y volverla a sacar. Si la marca del aceite se encuentra entre las muescas que marcan el mínimo y el máximo, el nivel es óptimo.
De idéntica manera se comprueba del líquido de dirección, que está situado en un depósito que lleva un volante grabado en el tapón. En este caso, la comprobación debe hacerse con el motor caliente.
Para mirar los niveles del coche en cuanto a refrigerante se refiere, lo primero es encontrar la botella que lo contiene, habitualmente grande y traslúcida, con forma cuadrada, y dos marcas de mínimo y máximo. Debes recordar, por tu seguridad, que el motor tiene que estar parado y frío.
La botella del agua del limpiaparabrisas está situada bajo el capó, es traslúcida y presenta el dibujo del limpiaparabrisas grabado en el tapón. Solo tienes que mirar el nivel para comprobar si necesita ser rellenada.
Y, por último, el depósito del líquido de frenos lleva un tapón negro con las letras amarillas. El nivel tiene que estar entre las muescas del mínimo y el máximo, y para comprobarlo el motor tiene que estar frío.