La economía, los mercados, las finanzas, en definitiva, se miden por una serie de datos que indican su evolución y su previsible futuro. Desde que el mundo se paralizó en marzo con la pandemia del Covid-19, han proliferado todo tipo de estadísticas, desde cuánto tiempo se necesitará para lograr una vacuna hasta cómo y cuándo se recuperará el planeta.
Sobre la economía se han hecho todo tipo de predicciones: optimistas, moderadas y pesimistas. Aunque con visiones distintas, todas partes de un mismo punto: el confinamiento. Estar encerrados en casa guardando la cuarentena y con la mayoría de los sectores paralizados ha tenido beneficios para acorralar al virus, pero graves consecuencias para el país.
Para explicar las expectativas de recuperación económica se ha establecido un símil con letras del abecedario: V, W, L y U
A lo largo de la historia se han dado varios modelos de mejoría tras una crisis. De acuerdo con la trayectoria que han seguido -básicamente atendiendo al PIB que mide la riqueza que genera un país a través de sus sectores- se ha establecido un símil con letras del abecedario: V, W, L y U.
V. La recuperación en uve es la más deseada. Significa que la caída de la economía se produce de forma brusca, pero la recuperación se hace con la misma intensidad. En poco tiempo vuelve al punto en el que se encontraba.
U. Es un caso parecido al anterior. La única diferencia es que emplea algo más de tiempo para volver a la normalidad.
W. Son dos uves enlazadas; lo que quiere decir que se dan dos etapas de caída y mejoría. La primera sería una recuperación falsa y la segunda la definitiva.
L. Es el escenario más pesimista. Esta letra dibuja primero una recesión abrupta seguida de un mínimo crecimiento por un largo periodo de tiempo. La economía de Japón es uno de los ejemplos de este escenario cuyo crecimiento pasó de una media del 4% anual hasta 1990 al 1% en la siguiente década.
La crisis a la que nos enfrentamos es muy diferente a las anteriores al ser de origen sanitario. Sin embargo, la economía parte con algo de ventaja, ya que las empresas y el sistema financiero están mucho más saneados y fortalecidos que en la recesión de 2008.