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Un vaso de agua. Una caída tonta. Un chispazo inesperado… La vida de los teléfonos inteligentes está llena de accidentes que se añaden al desgaste habitual de los componentes comprometiendo su vida útil. Pero, ¿dónde está la frontera entre reparar o comprar un terminal nuevo? El día a día va desgastando conexiones, los ciclos de la batería se reducen y las fundas se degradan, dando espacio a la mala fortuna para que suceda algo. No debemos perder de vista que la garantía de un terminal no cubrirá los daños derivados de un mal uso, por lo que deberíamos contratar un seguro para proteger el terminal y así estar cubiertos.
La regla general dice que no debemos reparar un smartphone cuya reparación supere el 50% del valor del dispositivo. Y, cuando suceda una fatalidad, expertos como Bemovil aconsejan al usuario, como primera medida, que desista de intentar reparar un tetéfono que da problemas y lo ponga en manos de un establecimiento especializado. Basta un pequeño diagnóstico para comprobar qué sucede y cómo se puede atajar. En el mundo de hoy, pocas cosas pueden ser tan limitantes para tu negocio y tu vida social como una pantalla rota del iPhone. Analizando los escenarios más comunes, estos son las cinco señales de que debes reparar o renovar tu móvil.
La regla general dice que no debemos reparar un ‘smartphone’ cuya reparación supere el 50% del valor del dispositivo
Mejor, sobre seguro
La mayoría de las averias de los smartphones, ya sean Android o Apple, son altamente reparables y en la mayoría de los casos entra dentro de un presupuesto juicioso, ponderando el precio de la reparación y el desgaste y antigüedad del terminal.
Sin embargo, para móviles nuevos, no debemos olvidar que la garantía no es absoluta y muchos accidentes cotidianos que dañan piezas sensibles de los terminales suelen ser de precio elevado en gamas altas y generaciones recientes. Por tanto, disponer de un seguro de smartphone que nos garantice una cobertura total en cualquier situación supone un ahorro no sólo de dinero, sino también de problemas y quebraderos de cabeza. En la sociedad conectada, estar sin smartphone es como encerrarse en una cueva.
No obstante aquí puedes consultar unas claves para analizar si te merece la pena o no asegurar tu móvil.
Rotura de la pantalla
Los tres factores más importantes que hay que considerar al decidir si reparar la pantalla agrietada de un smartphone o directamente reemplazarlo son el costo, la calidad y el tiempo de entrega. Quizá haya llegado un momento en el que el teléfono comenzaba a hacer aguas, pero aun así no es suficiente como para no operar. Lo cierto es que la pantalla, que se craquela y quiebra en una caída seria, es un componente barato, según el modelo. Dependerá de si tenemos un iPhone último modelo u otro reciente, fuera de garantía, que no hemos asegurado con una buena póliza que proteja nuestra inversión. En todo caso, la norma general dice que sí, ya que suelen ser piezas de no más de 100 euros, frente a los 300 de media que cuesta un nuevo terminal. Lo confirman los técnicos de Mas Repair: “En lo que respecta a batería y pantalla, en un 98% de las ocasiones merece la pena reparar”.
Baterías viciadas
Los primeros terminales, con baterías de plomo, incluían la función de vaciar la batería para evitar el efecto memoria que menguaba su capacidad. Hoy, las modernas variantes del litio-ion aseguran una larga capacidad, con entrega de potencia y un porcentaje de descarga bajo. Aun así, cada batería tiene unos ciclos concretos (en torno a un millar), que una vez pasados comienzan a dar problemas. Otra vez, estamos ante un problema menor, ya que la mayoría de los smartphones cuentan con baterías estándar de proveedores internacionales que se pueden conseguir a bajo precio y ser sustituidas como simples piezas de desgaste. Si la batería es el punto flaco de tu móvil, no te cortes en sustituirla.
Botones sueltos o atascados
El puerto de auriculares o de carga, además de los botones físicos de los terminales, es fácilmente reemplazable en cualquier tienda de reparación especializada. Un primer diagnóstico lo podemos realizar nosotros mismos, instalando en Android apps especializadas como Button Savior, o AssistiveTouch, para terminales Apple.

Cámaras rotas
Situada en la parte posterior del terminal, es relativamente raro que la cámara de un teléfono se dañe. Cuando sucede un accidente lo normal es que sufra el cristal exterior y se pueda salvar la pieza electrónica. Si así fuera, quizá empecemos a movernos en reparaciones costosas, si hablamos de los últimos modelos, que incorporan varias cámaras que trabajan entre sí. Aun así, la cámara también entra dentro de “lo reparable” para muchos servicios de reparación de teléfonos inteligentes.
Mal funcionamiento general
El asunto ya no es de hardware, sino de software. Las distintas actualizaciones han saturado el sistema operativo, la memoria no es suficiente para ejecutar las nuevas aplicaciones que exigen más recursos del sistema y hay un desfase general en el funcionamiento interno del terminal. Quizá entonces llegue la hora de cambiar el dispositivo por uno nuevo y que nuestro terminal tome el triste sendero del desguace de basura electrónica, esperando que, con suerte, pueda dar nueva vida a otro aparato.