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La erupción cutánea supone un cambio en el color o textura de la piel. Puede darse por múltiples causas y, aunque en muchas ocasiones es de naturaleza benigna, puede causar incomodidad en las personas que la padecen, no solo porque es habitual que venga acompañada de enrojecimiento y picazón, sino por el estigma que supone tener una lesión en la piel.
Qué es una erupción cutánea
La piel es el órgano más grande del cuerpo y el que se encuentra más expuesto a factores externos. Esto provoca que en ocasiones presente lesiones que pueden ser muy variables en cuanto a tamaño e intensidad.
Quienes se preguntan qué es una erupción cutánea a menudo tienen dudas acerca de un cambio que ha experimentado su piel. Aunque habitualmente las erupciones presentan una buena respuesta a los tratamientos, resulta fundamental que un médico revise las lesiones para establecer el diagnóstico apropiado.

Causas de las erupciones cutáneas
En las erupciones cutáneas, las causas que las provocan son de lo más diversas. Puedes encontrar desde una erupción cutánea por estrés a una dermatitis por algo que has tocado, así como una erupción cutánea por calor o como consecuencia de bacterias, virus o enfermedades. Estas son algunas de las más frecuentes:
- Dermatitis por contacto: inflamación de la piel por contacto con químicos que se encuentran en productos como el látex o el caucho, o bien por cosméticos, detergentes, tintes o sustancias tóxicas.
- Dermatitis seborreica: esta erupción cutánea provoca enrojecimiento y descamación y puede estar provocada por el estrés, la fatiga o el calor.
- Psoriasis: da lugar a zonas enrojecidas y escamosas que suelen ir acompañadas de una gran picazón.
- Erupción del pañal: se presenta en niños pequeños como consecuencia del contacto prolongado de su piel con la suciedad del pañal.
- Herpes zóster: afección cutánea provocada por el mismo virus de la varicela. Las personas que lo presentan suelen tener ampollas muy dolorosas.
- Dermatitis atópica: este eccema rojizo y escamoso suele presentarse en personas con asma o alergias.
- Lupus eritematoso: enfermedad autoinmune que provoca una erupción cutánea principalmente en la nariz y las mejillas.
- Impétigo: infección debida a bacterias en las capas superiores de la piel que da lugar a ampollas que supuran.
- Rosacea: de origen desconocido, esta erupción en la piel, caracterizada por el enrojecimiento y con frecuencia en la cara, tiene un origen desconocido.
- Tiña: infección por hongos que suele afectar al cuerpo y también al cuero cabelludo.
- Sarna: se tata de una infección que provoca una erupción irregular en el cuerpo, como consecuencia de pequeños ácaros en la piel.
- Enfermedades como la varicela, el sarampión, la rubeola, la escarlatina, el exantema vírico de manos, pies y boca, la artritis reumatoide o la enfermedad de Kawasaki.
- Picaduras de insectos, como pulgas o garrapatas, y reacción a ciertos medicamentos.
Erupciones cutáneas durante el embarazo
La erupción cutánea en el embarazo, que se refleja en forma de pequeños granitos y rojeces principalmente en la zona de la tripa, es bastante común, especialmente en el último trimestre y en las madres primerizas. En ocasiones la embarazada puede desarrollar ampollas, habones o lesiones eritematosas con descamación.
Este eccema, conocido como “erupción polimorfa del embarazo” y que en ocasiones produce un gran picor, suele desaparecer tras dar a luz, cuando el nivel hormonal se estabiliza. Se recomienda no rascarse para evitar una infección y consultar con el ginecólogo para un posible tratamiento.
Tratamiento para las erupciones cutáneas
Una gran parte de las erupciones se pueden evitar o mejorar con unos simples cuidados en el hogar, como evitar el contacto con sustancias irritantes, lavarse con agua tibia y jabón suave o secarse con la toalla a pequeños golpecitos, sin frotar.
Ante cualquier lesión debe eliminarse cualquier producto cosmético o loción que se haya añadido a la rutina recientemente, y dejar la zona afectada al aire tanto tiempo como sea posible.
Los médicos suelen recetar una crema de hidrocortisona o bien cremas con corticoides y antihistamínicos orales para calmar el picor, pero es importante que cualquier tratamiento esté supervisado médicamente. Contar con un Seguro de Salud Integral permite el acceso directo a especialistas y a pruebas diagnósticas sin esperas. De esta manera cualquier erupción cutánea puede ser consultada sin demora, con el fin de establecer un diagnóstico y el tratamiento adecuado antes de que las lesiones puedan empeorar.