¿Cómo arrancar una moto que ha estado parada?

El mantenimiento es tan decisivo como la prudencia y la pericia. Máxima seguridad, control y una conducción más eficaz serán las principales preocupaciones de un motorista para poner en marcha de nuevo una moto tras el parón de un invierno más largo de lo habitual.

moto parada

España es el tercer país europeo en venta de motos, con una flota de 3 millones de vehículos. Muchas de ellas han pasado semanas (forzosas) en el garaje o en la calle, tras una primavera tan peculiar. Es más que aconsejable, por tanto, una puesta a punto (en principio, visual, casera) antes de salir a la carretera. Una especie de proceso de adaptación, especialmente por razones de seguridad. Así que conviene tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar riesgos innecesarios. Un reciente estudio de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas, en colaboración con el Servei Català de Tránsit, concluyó que el mal mantenimiento de la máquina está entre las causas más frecuentes de accidentes.

Cuestión de oído

Después de mucho tiempo parada, es clave observar que nuestra moto no tiene ninguna fuga, frena y suena bien. Podemos empezar por intentar arrancarla (obvio), dar una vuelta corta, escuchar su motor y atender a la suspensión, observando que todo está en su sitio y que todos los grupos ópticos de las luces funcionan adecuadamente. Cuenta Ignacio Bastarreche, gerente de Namura Bikes, que son básicas cuestiones tan sencillas como llevar bien ajustadas las presiones de los neumáticos –que por supuesto deben estar en buen estado–, pero también “la tensión y el engrase de cadena… y comprobar el buen estado del aceite del cardan [sistema mecánico descubierto por Girolamo Cardano, de ahí el nombre] de transmisión o correa. También es importante llevar en perfecto estado y nivel los líquidos, sobre todo los de frenos y el refrigerante; así como buen engrase de todas las partes móviles y un buen ajuste de la tornillería”. Veamos, paso a paso.

Lo primero, el motor

Esa cadena de transmisión puede haber quedado desengrasada, por lo que sería prioritario pasarle un antioxidante y añadir el aceite necesario. Es recomendable engrasarla cada 500 kilómetros, y siempre tras un día de lluvia. Después de semanas sin movimiento, se recomienda también cambiar el aceite del motor, ya que es posible que se haya mezclado con residuos o haya absorbido humedad. Si normalmente es decisivo revisar el nivel con frecuencia y seguir al dedillo el calendario de cambios marcado en el programa de mantenimiento, ahora pasarlo por alto sería un gran error.

Mantenimiento motocicleta

Neumáticos, la importancia del calzado

Tienen que mantener el dibujo en la banda de rodadura principal. El simple paso del tiempo degrada las gomas, que pueden cuartearse o cristalizarse. Si se detectan cortes, deformaciones, grietas o cualquier síntoma de no estar en buen estado, lo más sensato es cambiarlas. Es probable que hayan perdido presión, por lo que habrá que inflarlas a la recomendada para cada marca. Desde ahora que van a tener más uso, repitamos el proceso una vez a la semana y en frío.

Otro paso insustituible será comprobar el estado de las pastillas de freno, que es aconsejable cambiar a los 5.000 o 10.000 kilómetros. El líquido de frenos es igualmente crítico: si se vuelve esponjoso al tacto quizá sea hora de cambiarlo.

Como regla general, resulta básico cambiar el aceite una vez al año, independientemente de los kilómetros. Igualmente, no está de más vaciar el depósito de gasolina e incluir combustible nuevo, porque es muy posible que haya perdido propiedades. El nivel de refrigerante, como el del aceite, tiene que estar comprendido entre las marcas de máximo y mínimo. Es necesario rellenarlo con anticongelante cuando está bajo.

La batería, reserva de energía

Si no se ha arrancado en mucho tiempo, la batería puede que se haya vaciado, descargado. Al menor síntoma de agotamiento, lo suyo es desmontar la batería y realizar el ciclo completo de recarga durante 24 horas con un cargador que permitirá su nutrición al cien por cien. O bien, sustituirla, claro. Nada que no nos haya sucedido alguna vez.

Revisar el seguro de la moto

Nuestra seguridad es lo primero. Una buena cobertura del seguro es clave en caso de sufrir cualquier percance, o si necesitamos asistencia en carretera. Resulta fundamental revisar nuestro seguro de moto y ver qué tipo de póliza se adapta mejor a nuestras necesidades: daños propios, por colisión, incendios, etc.

Dos consejos de la DGT… y a rodar

Para rematar la faena, es aconsejable lubricar los puntos móviles (manillar, reposapiés…). Además, la moto tendrá una ligera capa de suciedad, por lo que no la vendrá mal un poco de agua y jabón desengrasante neutro.

Con el buen tiempo los motoristas son los protagonistas de la movilidad y el paisaje, ahora que se fomenta el transporte individual, aislado, para preservar la salud. “En la moto ganamos un tiempo precioso para dedicarlo a nuestros hobbies, familias y amigos. Además, hoy en día ir apiñados en transporte público supone un riesgo innecesario”, afirma Ignacio Bastarreche, tan experto motero como bloguero popular.

Ya solo queda planificar la salida. “Un aspecto importante, antes de partir, es la colocación y reparto de pesos del equipaje, así como el ajuste de las suspensiones si fuera necesario. Muchas motos modernas, hoy en día, tienen ajustes electrónicos a tal efecto. Un ajuste que, aunque sea electrónico, también debemos realizar”, concluye el gerente de Namura Bikes.

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