Índice
Comprar una segunda residencia es una opción que cada vez se plantean más personas, especialmente tras la llegada de la pandemia, que ha conllevado restricciones a la hora de viajar y la necesidad de ingresos extras derivada de la inestabilidad laboral.
Sin embargo, comprar una segunda residencia no es algo que debamos hacer a la ligera. Antes de dar el paso conviene pararse a reflexionar sobre la cantidad a desembolsar y los gastos que tendremos que afrontar mes a mes. Como todo en la vida, esta decisión tiene sus pros y sus contras. Ponerlos en una balanza nos ayudará a saber qué debemos hacer.
Comprar una segunda residencia como vivienda habitual
A la hora de comprar una segunda vivienda debemos tener claro cuál va a ser el uso que le vamos a dar. Podemos utilizarla como alternativa vacacional o como lugar para desconectar unos días cuando tengamos necesidad, o bien realizar la compra pensando en alquilarla y así obtener un dinero extra. Algunas personas se decantan por el alquiler para así ir pagando la hipoteca sin que suponga un esfuerzo.
También podemos optar por hacerla nuestra vivienda habitual. En este caso, debemos tener en cuenta que la vivienda habitual no supone tributación alguna en la declaración de la renta, al contrario de lo que ocurre con las segundas residencias. En este sentido, si somos beneficiarios de una deducción fiscal debemos ser capaces de demostrar documentalmente el carácter de residencia habitual en caso de inspección.
Aunque contar con un seguro de hogar no es obligatorio, salvo que tu vivienda esté hipotecada o se te exija en un contrato de alquiler, resulta conveniente disponer de él para estar cubiertos ante un imprevisto. Pero, además, existen seguros de hogar de segunda vivienda que te permiten solucionar cualquier problema con una sola llamada, sin ser necesario que te desplaces, lo que evita pérdidas de tiempo y quebraderos de cabeza innecesarios.

Impuestos al comprar una segunda vivienda
Una de las razones por las que algunas personas no se deciden a comprar una segunda residencia son los impuestos a los que hay que hacer frente. Y es que la fiscalidad de la segunda residencia es diferente a la de la vivienda habitual.
La segunda vivienda conlleva la obligación de declarar el equivalente al 2% del valor catastral del inmueble, o el 1,1% si el valor ha sido revisado después del 1 de enero de 1994. A ello habría que añadir el pago del recibo del IBI, los gastos de la comunidad, la recogida de basuras y los impuestos que hay que asumir cuando compramos un inmueble. Estos últimos dependerán de si la vivienda es obra nueva o de segunda mano, y de cómo estén estipulados en la Comunidad Autónoma.
Ventajas de la segunda residencia
Desde el comienzo de la pandemia hay personas que no se atreven a viajar. Para ellos, disponer de una segunda vivienda supone la tranquilidad de poder realizar una salida segura siempre que quieran. Además, en estos momentos, después de que el mercado haya estado parado con el coronavirus ¿Es momento para comprar una segunda vivienda? Pues sí, ya que existe una gran oferta de viviendas de segunda mano en el mercado. Se trata de escoger un alojamiento a tu gusto, en un lugar de tu interés, para contar con la posibilidad de desconectar con familia o amigos siempre que lo necesites.
Por otra parte, comprar una segunda residencia supone, además, la posibilidad de rentabilizarla rápidamente si la pones en alquiler. Con la cantidad que te aporte tenerla arrendada puedes disponer de un dinero extra cada mes.
Desventajas de la segunda residencia
En cuanto a las desventajas de comprar una segunda residencia, la que siempre aparece en primer lugar es el desembolso económico que supone. Normalmente, la segunda vivienda se adquiere a través de un préstamo hipotecario, y no a veces no resulta fácil su concesión por parte de los bancos, ya que hay que demostrar cierta solvencia económica.
Por otro lado, hay que pensar también en los gastos que debes afrontar mes a mes a lo largo de ello, lo que puede suponer un escollo para la economía familiar si no actúas con cabeza.
Por último, comprar una segunda residencia supone, en muchos casos, conocer de antemano dónde te vas a ir de vacaciones los próximos años de tu vida. Si te gusta la aventura y conocer lugares nuevos, quizá esta opción no sea la más recomendable para ti.
¡Muy bien resumido! Hay que pensárselo bien antes de tomar una decisión como esta, pero lo cierto es que merece la pena cuando uno acaba con una vivienda en la Costa Blanca.