Antes del confinamiento de la primavera de 2020 la sociedad estaba preparada para realizar sus compras online. De hecho, el 72,1% de los usuarios de internet adquirieron algún producto a través de esta vía. Así lo muestra el estudio El Comercio Electrónico en España 2019, elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI).
Aun así, la pandemia y sus nuevos hábitos han servido para que más consumidores se hayan atrevido a dar el paso y comenzar a hacer sus compras online. Según un informe sobre los comportamientos de compra y consumo durante y después de la covid-19, elaborado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores AECOC, un 20% de los consumidores hicieron sus primeras compras por esta vía durante el estado de alarma, y un 17% de ellos cree que lo seguirá haciendo una vez ha terminado el periodo de incertidumbre a consecuencia del virus.
“A partir de esta nueva realidad, se despliega un amplio abanico de cuestiones que todas las empresas deben tener en cuenta en el análisis de riesgos y en la configuración de su estrategia”
Fernando Castelló Sirvent, economista, director de Castelló Consulting y profesor de ESIC
Venta por internet: en auge desde la Covid-19
No obstante, la venta online no es una tarea sencilla o automática. Las empresas deben tener sus procesos automatizados e integrados con la logística, de tal manera que sea posible cumplir con los plazos acordados y devolver sus compras –si ha lugar– de manera rápida y sencilla. En este contexto la transformación digital ha sido un punto imprescindible y clave para los diferentes habilitadores tecnológicos, como las aplicaciones móviles, las redes sociales, la integración del proveedor logístico en la cadena de valor o la gestión de los propios ingresos, entre otros. Pero no ha sido la única clave a tener en cuenta.
“Más allá de la tecnología, más allá de las capacidades analíticas, el equipo humano, su coordinación y, en particular, su resiliencia, se vuelven fundamentales”, señala Fernando Castelló Sirvent, economista, director de Castelló Consulting y profesor de ESIC. Una de las softskills más demandadas, según el experto, va a seguir siendo la adaptación al cambio. En cuanto a los líderes, “deben ser capaces de impulsar a los equipos, llevándolos más allá de sus límites, cohesionando y delimitando unidades de trabajo permanentemente eficientes”, indica. Sobre el tipo de perfil de empleado, Castelló Sirvent afirma que el mixto es fundamental, caracterizado por:
- Competencias instrumentales (ventas, comercialización, atención al público).
- Competencias soft (trabajo en equipo, resiliencia, liderazgo). Desde el ámbito de la venta por internet, además, la nueva realidad ofrece grandes posibilidades basadas en la utilización de estrategias de marketing online basadas en la co-creación de valor, “tanto en la colaboración entre diferentes marcas como en la conexión con el cliente, alineando los valores corporativos con ellos”, apunta el experto en economía. De hecho, la colaboración en red con otras tiendas ha sido una de las tendencias clave durante la pandemia para muchos pequeños negocios.

Un 20% de los consumidores realizaron sus primeras compras online durante el estado de alarma en la primavera de 2020, según la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC)
Seguridad online, ante todo
La epidemia y la cuarentena han puesto sobre la mesa riesgos que hasta ahora eran impensables para muchas pymes y emprendedores. Desde el cierre obligatorio de sus negocios hasta el peligro de contagios, pasando por las ventas online, y con ello las pasarelas de pagos y el manejo de datos.
“La pandemia ha incrementado el riesgo subyacente de las relaciones interpersonales, cuestión que afecta en términos de salud y prevención de riesgos laborales”, confirma Castelló Sirvent. A partir de este nuevo escenario, se despliega un amplio abanico de cuestiones que todas las empresas “deben tener en cuenta en el análisis de riesgos y en la configuración de su estrategia”, concluye el experto.
Ante esta situación, los seguros para comercios, pymes y autónomos que cubren diferentes contingencias, incluidas las asociadas a los nuevos entornos –como las relacionadas con la ciberseguridad–, se han vuelto imprescindibles para que las empresas puedan desarrollar su actividad sin interrupciones y con plena seguridad tanto para sus empleados como para sus clientes.